Cuando se trata de disfrutar de un buen embutido, el queso se convierte en su compañero perfecto. Esta combinación deliciosa es un verdadero placer para los amantes de la gastronomía, y es un aperitivo que no debe faltar en ningún evento.
Tanto el queso como el embutido son productos tradicionales y versátiles que se complementan de manera excepcional tanto en sabor como en textura. Veamos por qué esta combinación hace una mezcla tan buena.
Su contraste de sabores
El queso y el embutido ofrecen una amplia variedad de sabores, desde suaves y cremosos hasta intensos y ahumados. El queso puede ser más intenso o más tierno, mientras que el embutido puede ser especiado, picante o suave.
Al combinarlos, se crea un contraste de sabores que estimula el paladar y despierta los sentidos.
La mezcla de texturas
El queso y el embutido también se diferencian en textura. Mientras que el embutido puede tener una consistencia más firme o seca, el queso ofrece una variedad de texturas, desde cremosas y untuosas hasta firmes y granulados. Esta mezcla hace que juntos se complementen a la perfección, y puedas combinarlos a tu gusto.
Para todos los gustos
Tanto el queso como el embutido ofrecen una amplia variedad de tipos. Existe una gran variedad de quesos, suaves como el brie o el camembert, semicurados como el manchego o el cheddar, y curados como el parmesano o el queso azul.
Del mismo modo, hay diferentes embutidos como el jamón serrano, el lomo embuchado, la longaniza o el chorizo. Sus sabores son muy distintos, por lo que hay sabores para todos los gustos.
Además, si quieres puedes añadir a tu aperitivo patatas fritas o aceitunas para añadir nuevos sabores.
Para nosotros, nuestro queso “El Estanque” es la mejor opción para acompañar el embutido. Su sabor intenso y su aroma son el mejor complemento a un buen embutido.