Vélez Rubio es el municipio más genuino de la provincia de Almería. Cuenta con unos 7000 habitantes y se sitúa en la encrucijada de caminos entre la provincia de Granada y la Región de Murcia. El Vélez Rubio que hoy conocemos surge tras la conquista cristiana de 1488. Los musulmanes, una vez vencidos, abandonan la fortaleza de Velad Al-Hamar (El Castellón) para asentarse en la plaza del Fatín. En cuanto al asentamiento cristiano se hace en torno a la iglesia de San Pedro, la cual quedó gravemente dañada en 1751 como consecuencia de un terremoto, por lo que, el entonces marqués de los Vélez, ordenó la construcción de una nueva, denominada hoy iglesia de la Encarnación.
Esta se levantó entre los años 1753 y 1768, gracias a la dirección de fray Pedro de San Agustín y se considera el máximo exponente del barroco religiosos almerienses. El convento de María Inmaculada tiene su origen en el siglo XVII y permaneció abandonado hasta el siglo XIX, cuando fue ocupado por una comunidad de monjas claretianas. La iglesia, que está unida al edificio anterior, es obra característica del barroco almeriense del siglo XVII. La iglesia de San José, antigua tercia de granos de la casa señorial, fue construida a comienzos de la segunda mitad del siglo XVIII; adosada a ella se encontraba la original vivienda del administrador del marqués. Tras la modificación de su interior y acabado de la fachada hacia 1988, se convirtió en templo dedicado a San José.
Dentro de la arquitectura doméstica velezana, podemos distinguir tres grandes grupos: Mansiones señoriales: de influencia barroca, levantadas entre los siglos XVII y XVIII e inicios del XIX. Son de un aspecto robusto en sus fachadas, construidas en ladrillo y cajones de mampostería. Constan de tras plantas. El hierro de forja en los balcones y ventanas adopta formas especiales: puertas de cuarterones o clavos y, esporádicamente, escudos nobiliarios. Viviendas de grandes propietarios: