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El Indalo ¿de Mojácar? ¿Seguro?

El indalo es uno de los símbolos inequívocos de la provincia de Almería, pero ¿dónde se encuentra realmente? Para contestar a esta pregunta traemos a colación el siguiente texto:

En el clima intelectual de la posguerra, un grupo de jóvenes pintores vinculados a Juan Cuadrado Ruíz encuentran promoción en la política cultural del nuevo régimen.

Tras la invención del nombre (derivado de Indalencio) en una velada memorable celebrada en Pechina, faltaba el símbolo que aglutinara al grupo. Cuadrado, gran aficionado a la arqueología y “alumno” de Siret, creyó encontrarlo en una curiosa figura que recordaba haber visto en sus visitas a los Vélez con el arqueólogo belga, entre otros. Además parecía idéntica al “muñeco mojaquero”, un extraño dibujo que los habitantes de esta población pintaban en sus paredes para protegerse bien de los rayos de la tormenta bien del mal de ojo.

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El arqueólogo Luis Siret

Sencillamente no lo encontró. El indalo en realidad no se encuentra en la cueva de los Letreros, sino en el abrigo de las Colmenas, en el Mahimón Chico (Vélez Blanco). Pero Cuadrado dio por buena la localización, que todos aceptaron hasta época reciente. A partir de este momento, el tótem del movimiento fue esta figurilla de origen desconocido, estilo esquivo e impreciso significado.

Este grupo veía en el indalo un hombre ancestral sosteniendo un arcoíris que simbolizaba un pacto entre el hombre y los dioses. La cosmovisión de lo almeriense y la esencialidad de las culturas desde la antigüedad, quedaba expresada en su permanencia. En el clima cultural de la época, la búsqueda imposible del indalo fue, además, una manera de denostar y ridiculizar a los artistas vanguardistas de entreguerras. Cumplió, además, una importante misión ideológica: unir la prehistoria con el presente, lo ancestral y lo vernáculo, a través de una figura común.

Más que una marca pictórica, la generosidad indaliana permitió el uso del símbolo y su vinculación a la provincia de hasta constituirse en su mejor medio de comunicación funcional y transmisor de la identidad disponible. Una provincia que tenía en la prehistoria su mítica “edad de oro”.

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Fuente: texto extraído de El Parque Natural Sierra de María Los Vélez, coordinado por José Domingo Lentisco Puche.

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